Fue una sorpresa. El lunes recibí un correo electrónico que me invitaba a nada menos que "un almuerzo con el Presidente en La Moneda". A esa hora tenía ya compromisos, pero bueno, no se le puede decir que no al Presidente.
Y aclaro más este punto: No se puede decir que no, porque esa sería una actitud que pecaría de arrogante y soberbia ya que aunque uno piense distinto siempre debe haber espacio
↧